sábado, 15 de enero de 2011

Clase 6 de enero de 2011


VIII. La creencia increíble
(Cap. 7 Sec. 8)


1. Hemos dicho que sin proyección no puede haber ira, pero también es verdad que sin extensión no puede haber amor. 2Todo ello refleja una ley fundamental de la mente y, por consiguiente, una ley que siempre está en vigor. 3Es la ley mediante la cual creas y mediante la cual fuiste creado. 4Es la ley que unifica al Reino y lo conserva en la Mente de Dios. 5El ego, sin embargo, percibe dicha ley como un medio para deshacerse de algo que no desea. 6Para el Espíritu Santo, es la ley fundamental del compartir, mediante la cual das lo que consideras valioso a fin de conservarlo en tu mente. 7Para el Espíritu Santo, es la ley de la extensión. 8Para el ego, la de la privación. 9Produce, por lo tanto, abundancia o esca­sez, dependiendo de cómo eliges aplicarla.

[la pobreza sería producto de la avaricia desque la sufre]

10La manera en que eliges aplicarla depende de ti, pero no depende de ti decidir si vas a utilizar la ley o no. 11Toda mente tiene que proyectar o extender porque así es como vive, y toda mente es vida.



2. El uso que el ego hace de la proyección tiene que entenderse plenamente antes de que la inevitable asociación entre proyección e ira pueda por fin erradicarse. 2El ego siempre intenta perpetuar el conflicto. 3Es sumamente ingenioso en encontrar soluciones que parecen mitigar el conflicto, ya que no quiere que el conflicto te resulte tan intolerable que decidas renunciar a él. 4Por lo tanto, trata a toda costa de persuadirte de que él puede librarte del con­flicto, no sea que lo abandones y te liberes a ti mismo. 5Utilizando su propia versión distorsionada de las leyes de Dios, el ego se vale del poder de la mente sólo para quebrantar el verdadero propó­sito de ésta. 6Proyecta el conflicto desde tu mente a otras mentes, en un intento de persuadirte de que te has librado del problema.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Sesión del 25 de Noviembre de 2010


La caída de Icaro, Cuadro de Jacob Peter Gowy hecho entre 1636-37

A veces como estudiantes o maestros de UCDM llegamos a creer que nuestro mayor deber es ayudar a los demás a corregir sus errores. Pero veamos qué dice el Curso al respecto:

III. La corrección del error



1. La vigilancia que el ego ejerce en relación con los errores de otros egos no es la clase de vigilancia que el Espíritu Santo quiere que mantengas. 2Los egos critican basándose en el tipo de "lógica" de que son partidarios. 3Entienden esa clase de lógica porque para ellos tiene sentido. 4Para el Espíritu Santo, no obstante, no tiene ningún sentido.

2. Para el ego lo caritativo, lo correcto y lo apropiado es señalar­les a otros sus errores y tratar de "corregirlos". 2Esto tiene per­fecto sentido para él porque no tiene idea de lo que son los errores ni de lo que es la corrección. 3Los errores pertenecen al ámbito del ego, y la corrección de los mismos estriba en el rechazo del ego. 4Cuando corriges a un hermano le estás diciendo que está equivocado. 5Puede que en ese momento lo que esté diciendo no tenga sentido, y es indudable que si está hablando desde su ego no lo tiene. 6Tu tarea, sin embargo, sigue siendo decirle que tiene razón. 7No tienes que decírselo verbal­mente si está diciendo tonterías. 8Necesita corrección en otro nivel porque su error se encuentra en otro nivel. 9Sigue teniendo razón porque es un Hijo de Dios. 10Su ego, por otra parte, está siempre equivocado, no importa lo que diga o lo que haga.

3. Si le señalas a tu hermano los errores de su ego, tienes forzosa­mente que estar viendo a través del tuyo porque el Espíritu Santo no percibe sus errores. 2Esto tiene que ser verdad, toda vez que no existe comunicación entre el ego y el Espíritu Santo. 3Lo que el ego está diciendo no tiene sentido, y el Espíritu Santo no intenta com­prender nada que proceda de él. 4Puesto que no lo entiende, tam­poco lo juzga, pues sabe que nada que el ego haga tiene sentido.

4. Reaccionar ante cualquier error, por muy levemente que sea, significa que no se está escuchando al Espíritu Santo. 2Él simple­mente pasa por alto todos los errores, y si tú les das importancia, es que no lo estás oyendo a Él. 3Si no lo oyes, es que estás escu­chando al ego, y mostrándote tan insensato como el hermano cuyos errores percibes. 4Esto no puede ser corrección. 5Y como resultado de ello, no sólo se quedan sus errores sin corregir, 6sino que renuncias a la posibilidad de poder corregir los tuyos.

5. Cuando un hermano se comporta de forma demente sólo lo puedes sanar percibiendo cordura en él. 2Si percibes sus errores y los aceptas, estás aceptando los tuyos. 3Si quieres entregarle tus errores al Espíritu Santo, tienes que hacer lo mismo con los suyos. 4A menos que ésta se convierta en la única manera en que lidias con todos los errores; no podrás entender cómo se deshacen. 5¿Qué diferencia hay entre esto y decirte que lo que enseñas es lo que aprendes? 6Tu hermano tiene tanta razón como tú, y si crees que está equivocado te estás condenando a ti mismo.

6. Tú no te puedes corregir a ti mismo. 2¿Cómo ibas a poder entonces corregir a otro? 3Puedes, no obstante, verlo verdaderamente, puesto que te es posible verte a ti mismo verdaderamente. 4Tu función no es cambiar a tu hermano, sino simplemente acep­tarlo tal como es. 5Sus errores no proceden de la verdad que mora en él, y sólo lo que es verdad en él es verdad en ti. 6Sus errores no pueden cambiar esto, ni tener efecto alguno sobre la verdad que mora en ti. 7Percibir errores en alguien, y reaccionar ante ellos como si fueran reales, es hacer que sean reales para ti. 8No podrás evitar pagar las consecuencias de esto, no porque se te vaya a castigar, sino porque estarás siguiendo al guía equivocado, y, por lo tanto, te extraviarás.

7. Los errores que tu hermano comete no es él quien los comete, tal como no eres tú quien comete los tuyos. 2Considera reales sus errores, y te habrás atacado a ti mismo. 3Si quieres encontrar tu camino y seguirlo, ve sólo la verdad a tu lado, pues camináis juntos. 4El Espíritu Santo en ti os perdona todo a ti y a él. 5Sus errores le son perdonados junto con los tuyos. 6La Expiación, al igual que el amor, no opera aisladamente. 7La Expiación no puede operar aisladamente porque procede del amor. 8Cualquier intento que hagas por corregir a un hermano significa que crees que puedes corregir, y eso no es otra cosa que la arrogancia del ego. 9La corrección le corresponde a Dios, Quien no conoce la arrogancia.

8. El Espíritu Santo lo perdona todo porque Dios lo creó todo. 2No trates de asumir Su función, o te olvidarás de la tuya. 3Acepta únicamente la función de sanar mientras estés en el tiempo por­que para eso es el tiempo. 4Dios te encomendó la función de crear en la eternidad. 5No necesitas aprender cómo crear, pero necesitas aprender a desearlo. 6Todo aprendizaje se estableció con ese pro­pósito. 7Así es como el Espíritu Santo utiliza una capacidad que tú inventaste, pero que no necesitas. 8¡Ponla a Su disposición! 9Tú no sabes cómo usarla. 10ÉI te enseñará cómo verte a ti mismo sin con­denación, según aprendas a contemplar, todas las cosas de esa manera. 11La condenación dejará entonces de ser real para ti, y todos tus errores te serán perdonados.

viernes, 24 de septiembre de 2010

4ta Sesión, 23 de Septiembre: VI. El puente que conduce al mundo real


psique y eros


1. Ir en busca de una relación especial es señal de que te equiparas con el ego y no con Dios, 2pues la relación especial sólo tiene valor para el ego. 3Para él, a no ser que una relación tenga valor especial, no tiene ningún significado, pues para el ego todo amor es especial. 4Esto, sin embargo, no puede ser natural, pues es diferente de la relación que Dios tiene con Su Hijo, y toda relación que no sea como ésa es necesariamente antinatural. 5Pues Dios creó el amor tal como Él quería que fuese, y lo dio tal como es. 6El amor no tiene ningún significado excepto el que su Creador le otorgó mediante Su Voluntad. 7Es imposible definirlo de otra manera y entenderlo.
2. El amor es libertad. 2Ir en su busca encadenándote a ti mismo es separarte de él. 3¡Por el Amor de Dios, no sigas buscando la unión en la separación ni la libertad en el cautiverio! 4Según concedas libertad, serás liberado. 5No te olvides de esto, o, de lo contrario, el amor será incapaz de encontrarte y ofrecerte consuelo.
3. Hay una manera en que el Espíritu Santo te pide que le prestes tu ayuda, si quieres disponer de la Suya. 2El instante santo es el recurso más útil de que Él dispone para protegerte de la atracción de la culpabilidad, que es el verdadero señuelo de la relación especial. 3No te das cuenta de que ése es el verdadero atractivo de la relación especial, debido a que el ego te ha enseñado que la libertad reside en ella. 4Sin embargo, mientras más detenidamente examines la relación especial, más claro te resultará que no puede sino fomentar la culpabilidad, y que, por lo tanto, no puede sino aprisionar.
4. La relación especial no significa nada sin un cuerpo. 2Si le atribuyes valor a la relación especial, tienes que atribuírselo también al cuerpo. 3Y no podrás sino conservar aquello a lo que atribuyas valor. 4La relación especial es un recurso para limitar tu Ser a un cuerpo, y para limitar la percepción que tienes de los demás a [sus cuerpos] los suyos. 5Si pudieses ver los Grandes Rayos, éstos te demostrarían que la relación especial no tiene absolutamente ningún valor. 6Pues al verlos, el cuerpo desaparecería, ya que perdería su valor. 7Y de este modo, perderías todo tu interés en verlo.
5. Ves el mundo al que atribuyes valor. 2A este lado del puente ves un mundo de cuerpos separados que buscan unirse unos con otros en uniones exclusivas y convertirse en uno solo a costa de la pérdida que ambos sufren. 3Cuando dos individuos intentan convertirse en uno solo están tratando de reducir su grandeza. 4Cada uno quiere negar su poder, pues una unión exclusiva excluye al universo. 5Se deja afuera mucho más de lo que se admite adentro, pues se deja a Dios afuera y no se admite nada adentro. 6Si una sola de esas uniones se estableciese con perfecta fe, el universo entraría a formar parte de ella. 7Mas la relación especial que el ego persigue no incluye ni siquiera un solo individuo en su totalidad. 8El ego sólo quiere parte de él, y ve sólo esa parte y nada más.
6. ¡Qué diferentes son las cosas al otro lado del puente! 2Durante algún tiempo se sigue viendo el cuerpo, pero ya no es lo único que se ve, como ocurre aquí. 3La pequeña chispa que contiene los Grandes Rayos también es visible, y no puede ser confinada a la pequeñez por mucho más tiempo. 4Una vez que hayas cruzado el puente, el valor del cuerpo disminuirá tanto ante tus ojos, que ya no tendrás ninguna necesidad de enaltecerlo. 5Pues te darás cuenta de que su único valor es el de permitirte llevar a tus hermanos contigo hasta el puente, para allí ser liberados juntos.
7. El puente en sí no es más que una transición en la perspectiva que se tiene de la realidad. 2A este lado ves todo sumamente distorsionado y desde una perspectiva errónea. 3Lo que es pequeño e insignificante se enaltece, y a lo que es fuerte y poderoso no se le concede ningún valor. 4Durante la transición hay un período de confusión en el que es posible experimentar una sensación muy real de desorientación. 5No tengas miedo de esto, pues lo único que significa es que has estado dispuesto a abandonar el marco de referencia distorsionado que parecía mantener a tu mundo intacto. 6Este marco de referencia está construido en torno a la relación especial. 7Sin esta ilusión, no seguirías buscando ningún significado aquí.
8. No temas que se te vaya a elevar y a arrojar abruptamente a la realidad. 2El tiempo es benévolo, y si lo usas en beneficio de la realidad, se ajustará al ritmo de tu transición. 3Lo único que es urgente es desencajar a tu mente de la posición fija que ha adoptado aquí. 4Ello no te dejará desamparado ni desprovisto de un marco de referencia. 5El período de desorientación, que precede a la transición en sí, es mucho más corto que el tiempo que tardaste en fijar tu mente tan firmemente en las ilusiones. 6Cualquier demora te hará ahora más daño que antes, debido únicamente a que te das cuenta de que es una demora, y de que realmente es posible escapar del dolor. 7En lugar de desesperación, halla esperanza y consuelo en esto: muy pronto ya no podrás encontrar en ninguna relación especial aquí ni siquiera la ilusión de amor. 8Pues ya no estás completamente loco, y no tardarías mucho en reconocer la culpabilidad que te produce traicionarte a ti mismo.
9. Nada que procures fortalecer en la relación especial es realmente parte de ti. 2Y no puedes conservar parte del sistema de pensamiento que te enseñó que la relación especial es real, y entender el Pensamiento que sabe lo que eres. 3Le has permitido al Pensamiento de tu realidad entrar en tu mente, y puesto que lo invitaste, morará contigo. 4Tu amor por él no permitirá que te traiciones a ti mismo, y no podrás entablar ninguna relación en la que dicho pensamiento no te acompañe, pues no desearás estar separado de él.
10. Alégrate de haber escapado de la parodia de salvación que el ego te ofrecía, y no mires atrás con nostalgia a la farsa que hacía de tus relaciones. 2Ahora nadie tiene que sufrir, pues has llegado demasiado lejos como para sucumbir a la ilusión de que la culpabilidad es algo bello y santo. 3Sólo los que son completamente dementes podrían contemplar la muerte y el sufrimiento, la enfermedad y la desesperanza, y considerarlos bellos y santos. 4Lo que la culpabilidad ha forjado es feo, temible y muy peligroso. 5No veas ninguna ilusión de verdad y belleza en ello. 6Y siéntete agradecido de que haya un lugar donde la verdad y la belleza te aguardan. 7Ve gustosamente a su encuentro y descubre lo mucho que te espera por el simple hecho de estar dispuesto a abandonar lo que no es nada precisamente porque no es nada.
11. La nueva perspectiva que adquirirás al cruzar el puente será el entendimiento de dónde se encuentra el Cielo. 2Desde este lado parece encontrarse fuera de ti y al otro lado del puente. 3Pero al cruzar el puente para unirte al Cielo, éste se unirá a ti y os volveréis uno. 4Y pensarás, con feliz asombro, que a cambio de todo esto renunciaste a lo que no era nada. 5El júbilo del Cielo, el cual es ilimitado, aumenta con cada luz que regresa a ocupar el lugar que le corresponde en él. 6¡Por el Amor de Dios y por el tuyo propio, no te demores más! 7¡Y que el instante santo te acelere en tu camino, como indudablemente lo hará sólo con que dejes que venga a ti!
12. El Espíritu Santo sólo te pide este pequeño favor: que cada vez que tus pensamientos se desvíen hacia una relación especial que todavía te atraiga, te unas a Él en un instante santo y ahí le permitas liberarte. 2Lo único que necesita es que estés dispuesto a compartir Su perspectiva, para que Él te la conceda en su totalidad. 3Y no tienes que estar completamente dispuesto porque Él lo está. 4Su tarea es expiar tu renuencia mediante Su perfecta fe, y es Su fe la que tú compartes con Él en el instante santo. 5Como resultado de reconocer que no estás dispuesto a ser liberado, se te ofrece la perfecta buena voluntad de la que Él goza. 6lnvócale, pues el Cielo responde a Su llamada. 7Y permítele que Él invoque al Cielo por ti.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Capítulo 17 , 3° Sesión , 9 Septiembre 2010: EL PERDÓN Y LA RELACIÓN SANTA

1. La traición que el Hijo de Dios cree haber cometido sólo tuvo lugar en ilusiones, y todos sus "pecados" no son sino el producto de su propia imaginación. 2Su realidad es eternamente inmaculada. 3El Hijo de Dios no necesita ser perdonado, sino despertado.
IV. Los dos cuadros
3He dicho repetidamente que el Espíritu Santo no quiere privarte de tus relaciones especiales, sino transformarlas. 4Y lo único que esto significa es que Él reinstaurará en ellas la función que Dios les asignó. 5La función que tú les has asignado es claramente que no sean fuentes de felicidad. 6Pero la relación santa comparte el propósito de Dios, en lugar de tratar de inventar otro para que lo substituya. 7Cada relación especial que has entablado es un substituto de la Voluntad de Dios y glorifica tu voluntad en vez de la Suya debido a la ilusión de que son diferentes.
3. Has entablado relaciones muy reales incluso en este mundo. 2Sin embargo, no las reconoces porque has hecho que sus substitutos predominen de tal manera que, cuando la verdad te llama -como constantemente lo hace- contestas con un substituto. 3El propósito fundamental de cada relación especial que has entablado es mantener a tu mente tan ocupada que no puedas oír la llamada de la verdad.
4. En cierto sentido, la relación especial fue la respuesta del ego a la creación del Espíritu Santo, Quien a Su vez fue la Respuesta de Dios a la separación. 2Pues aunque el ego no entendía lo que había sido creado, era consciente de una amenaza. 3Todo el sistema defensivo que el ego desarrolló para proteger la separación de los avances del Espíritu Santo, fue en respuesta al regalo con el que Dios la bendijo, Quien, mediante Su bendición, permitió que se subsanase. 4Esta bendición encierra dentro de sí la verdad de todo. 5Y la verdad es que el Espíritu Santo mantiene una estrecha relación contigo porque en Él tu relación con Dios queda restaurada. 6Tu relación con Él jamás se ha roto porque desde que se produjo la separación el Espíritu Santo no ha estado separado de nadie. 7Y gracias a Él todas tus relaciones santas han sido cuidadosamente preservadas para que sirvan el propósito que Dios te dio.
6No hay nada en la separación, ni "razón", ni atributo, ni ningún aspecto que no sea demente. 7Y su "protección", que es parte de ella, es tan demente como toda ella. 8Por lo tanto, la relación especial, su principal defensa, no puede sino ser demente.
6. No tendrás mucha dificultad ahora en darte cuenta de que el sistema de pensamiento que la relación especial protege no es más que un sistema ilusorio. 2Reconoces, al menos en términos generales, que el ego es demente. 3No obstante, todavía te parece que la relación especial es en cierto modo "diferente". 4Sin embargo, la hemos examinado con mucho más detenimiento que muchos de los otros aspectos del sistema de pensamiento del ego que has estado más dispuesto a abandonar. 5Mientras este aspecto continúe vigente, no obstante, no podrás abandonar los demás. 6Pues este aspecto no es diferente. 7Si lo conservas, habrás conservado todos los demás.
7. Es esencial darse cuenta de que todas las defensas dan lugar a lo que quieren defender. 2La base subyacente de su eficacia es que ofrecen lo que defienden. 3Lo que defienden se ha depositado en ellas para mantenerlo a salvo, y conforme operan te lo brindan a ti. 4Toda defensa opera dando regalos, y los regalos son siempre una miniatura -montada en marco de oro- del sistema de pensamiento que la defensa protege. 5Se trata de un marco muy elaborado, repleto de gemas, y profusamente tallado y pulido. 6Su propósito es ser valioso en sí mismo, y desviar tu atención de lo que encierra. 7Mas no puedes tener el marco sin el cuadro. 8Las defensas operan para hacerte creer que sí puedes.
8. La relación especial te ofrece el marco más imponente y falaz de todas las defensas de las que el ego se vale. 2Su sistema de pensamiento se ofrece aquí, rodeado por un marco tan recargado y elaborado, que el cuadro casi desaparece debido a la imponente estructura del marco. 3En el marco van entretejidas toda suerte de fantasías de amor quiméricas y fragmentadas, engarzadas con sueños de sacrificio y vanagloria, y entrelazadas con hilos dorados de auto-destrucción. 4El brillo de la sangre resplandece como si de rubíes se tratase, y las lágrimas van talladas cual diamantes que refulgen tenuemente a la luz mortecina en que se hace el ofrecimiento.
9. Examina el cuadro. 2No dejes que el marco te distraiga. 3Este cuadro se te ofrece para que te condenes, y si lo aceptas creerás estar condenado. 4No puedes conservar el marco sin el cuadro. 5Lo que valoras es el marco, pues en él no ves conflicto. 6No obs-tante, el marco no es más que la envoltura del regalo de conflicto. 7El marco no es el regalo. 8No te dejes engañar por los aspectos más superficiales de este sistema de pensamiento, pues en ellos se encierra todo el sistema en sí, sin excluir ningún aspecto. 9En este regalo rutilante habita la muerte. 10No permitas que tu mirada se pose en los destellos hipnóticos del marco. 11Mira el cuadro y date cuenta de que lo que te ofrece es la muerte.
10. Por eso es por lo que el instante santo es tan importante para la defensa de la verdad. 2La verdad en sí no necesita defensa, mas tú necesitas ser defendido contra tu aceptación del regalo de muerte. 3Cuando tú, que eres la verdad, aceptas una idea tan peligrosa para la verdad, la amenazas con su destrucción. 4Y ahora se te tiene que defender, para poder así conservar intacta la verdad. 5El poder del Cielo, el Amor de Dios, las lágrimas de Cristo y la alegría de Su espíritu eterno son convocados para defenderte de tu propio ataque. 6Pues tú los atacas al ser parte de Ellos, y Ellos tienen que salvarte, pues se aman a Sí Mismos.
11. El instante santo es una miniatura del Cielo, que se te envía desde el Cielo. 2Es también un cuadro, montado en un marco. 3Mas si aceptas éste regalo no verás el marco en absoluto, ya que el regalo sólo puede ser aceptado cuando estás dispuesto a poner toda tu atención en el cuadro. 4El instante santo es una miniatura de la eternidad. 5Es un cuadro de intemporalidad, montado en un marco de tiempo. 6Si te concentras en el cuadro, te darás cuenta de que era únicamente el marco lo que te hacía pensar que era un cuadro. 7Sin el marco, el cuadro se ve como lo que representa. 8Pues de la misma manera en que todo el sistema de pensamiento del ego radica en sus regalos, del mismo modo el Cielo en su totalidad radica en este instante, que se tomó prestado de la eter-nidad y se montó en el tiempo para ti.
12. Se te ofrecen dos regalos. 2Cada uno de ellos es un todo en sí mismo y no puede ser aceptado parcialmente. 3Cada uno de ellos es un cuadro de todo lo que puedes tener, aunque desde una pers¬pectiva muy diferente. 4No puedes comparar su valor comparando el cuadro de uno con el marco del otro. 5Debes comparar únicamente los cuadros, pues, de otro modo, la comparación no tendría ningún sentido. 6Recuerda que el cuadro es lo que consti¬tuye el regalo. 7Y sólo sobre esa base eres realmente libre de elegir. 8Contempla los cuadros. 9Contempla los dos. 10Uno es un cuadro diminuto, difícil de ver bajo las pesadas sombras de su enorme y desproporcionado marco. 11El otro tiene un marco liviano, está colgado en plena luz y es algo maravilloso de contemplar debido a lo que es.



13. Tú que has tratado tan arduamente -y todavía sigues tratan¬do- de encajar el mejor cuadro en el marco equivocado, y combinar de este modo lo que no puede ser combinado, acepta lo que sigue y regocíjate por ello: cada uno de estos cuadros está perfectamente enmarcado de acuerdo con lo que representa. 2Uno de ellos está enmarcado de forma que el cuadro esté desenfocado y no se pueda ver. 3El otro, de forma que su cuadro se vea con perfecta claridad. 4El cuadro de muerte y de tinieblas se hace cada vez menos convincente según logras dar con él entre todo lo que lo envuelve. 5A medida que se expone a la luz cada una de las piedras inertes que en la oscuridad parecían brillar desde el marco, dichas piedras se vuelven opacas y sin vida y cesan de desviar tu atención del cuadro. 6Y por fin miras al cuadro en sí, viendo finalmente que, sin la protección del marco, no tiene sentido.
14. El otro cuadro tiene un marco muy liviano, pues el tiempo no puede contener a la eternidad. 2No hay nada en él que te pueda distraer. 3El cuadro del Cielo y de la eternidad se vuelve más convincente a medida que lo contemplas. 4Y ahora, después de haberse hecho una verdadera comparación, puede por fin tener lugar una transformación de ambos cuadros. 5Y a cada uno de ellos se le da el lugar que le corresponde una vez que se ve en relación con el otro. 6Cuando llevas el cuadro tenebroso ante la luz, no lo percibes como algo temible, sino que por fin te das cuenta del hecho de que no es más que un cuadro. 7Y en ese momento reconoces lo que ves ahí tal como es: un cuadro de algo que pensabas que era real, y nada más. 8Pues más allá de ese cuadro no verás nada.
15. El cuadro de luz, en claro e inequívoco contraste, se trans¬forma en lo que está más allá del cuadro. 2A medida que lo con¬templas, te das cuenta de que no es un cuadro, sino una realidad. 3No se trata de una representación pictórica de un sistema de pensamiento, sino que es el Pensamiento mismo. 4Lo que representa está ahí. 5El marco se desvanece suavemente y brota en ti el recuerdo de Dios, ofreciéndote toda la creación a cambio de tu insignificante cuadro, que no tenía ningún valor ni ningún signi¬ficado.
16. A medida que Dios ascienda al lugar que le corresponde y tú asciendas al tuyo, volverás a entender el significado de las relacio¬nes, y sabrás que es verdad. 2Ascendamos juntos hasta el Padre en paz, permitiendo que adquiera predominancia en nuestras men¬tes. 3Todo se nos dará al darle a Él el poder y la gloria, y al no conservar ninguna ilusión con respecto a dónde se encuentran éstos. 4Se encuentran en nosotros gracias a Su predominio. 5Lo que Él ha dado, es Suyo. 6Resplandece en cada parte de Él, así como en la totalidad. 7La realidad de tu relación con Él radica en la relación que tenemos unos con otros. 8El instante santo refulge por igual sobre todas las relaciones, pues en él todas las relaciones son una. 9En el instante santo sólo hay curación, ya completa y perfecta, 10pues Dios está en él, y donde Él está, sólo lo que es perfecto y completo puede estar.

jueves, 9 de septiembre de 2010

V. La relación que ha sanado; 2° Sesión, 26 de Agosto de 2010


La Danza, Bouguereau

1. La relación santa es la expresión del instante santo mientras uno viva en este mundo. 2Como todo lo relativo a la salvación, el instante santo es un dispositivo práctico, del que dan fe sus resultados. 3El instante santo nunca falla. 4La experiencia que suscita siempre se deja sentir. 5Mas si no se expresa, no se puede recordar. 6La relación santa es un constante recordatorio de la experiencia en la que la relación se convirtió en lo que es. 7Y así como la relación no santa es un continuo himno de odio en alabanza de su hacedor, así también la relación santa es un feliz cántico de alabanza al Redentor de las relaciones.
2. La relación santa, que es un paso crucial hacia la percepción del mundo real, es algo que se aprende. 2Es la relación no santa de antes, pero transformada y vista con otros ojos. 3La relación santa es un logro educativo extraordinario. 4La relación santa es en todos sus aspectos -comienzo, desarrollo y consumación- lo opuesto a la relación no santa. 5Consuélate con esto: la única fase que es difícil es el comienzo. 6Pues en esa etapa, el objetivo de la relación cambia de súbito a exactamente lo opuesto de lo que era antes. 7Éste es el primer resultado que se obtiene cuando se ofrece la relación al Espíritu Santo, a fin de que Él se valga de ella para Sus fines.
3. El Espíritu Santo acepta esta invitación inmediatamente y no se demora ni un instante en ofrecerte los resultados prácticos derivados de haberle pedido que intervenga. 2Su objetivo reemplaza al tuyo de inmediato. 3Esto tiene lugar muy pronto, pero parece alte-rar la relación, descoyuntarla, e incluso producir gran tensión. 4La razón de ello es muy obvia: 5la relación, tal como es ahora, no está en armonía con su propio propósito, y es claramente inadecuada para el nuevo propósito que se aceptó para ella. 6En su condición profana, tu objetivo era lo único que parecía darle significado. 7Ahora no parece tener ningún sentido. 8Muchas relaciones se rompen en este punto, reanudándose la búsqueda del viejo objetivo en otra relación. 9Pues una vez que la relación no santa acepta el objetivo de la santidad, jamás puede volver a ser lo que era antes.
4. La tentación del ego se vuelve extremadamente intensa con este cambio de objetivos. 2Pues la relación no ha cambiado aún lo suficiente como para mantenerse completamente inmune a la atracción de su objetivo previo, y su estructura se ve "amenazada" cuando se reconoce lo inadecuada que es para satisfacer su nuevo propósito. 3El conflicto entre el objetivo y la estructura de la relación es tan evidente, que no pueden coexistir. 4Mas ahora no se puede cambiar el objetivo. 5Pues al haber quedado firmemente establecido en la relación no santa, no queda otra alternativa que la de cambiar la relación para acomodarlo. 6Hasta que esta feliz solución no se vea y se acepte como la única manera de poner fin al conflicto, la relación parecerá tener serias dificultades.
5. Cambiar el objetivo gradualmente no sería más benévolo, pues el contraste perdería definición y ello le daría tiempo al ego para re-interpretar cada paso a su antojo. 2Sólo un cambio de propósito radical puede producir un cambio de parecer absoluto con respecto al objetivo de la relación. 3Según va produciéndose este cambio y hasta que finalmente se logra, la relación se vuelve progresivamente más grata y benéfica. 4Pero al principio, la situación se experimenta como muy precaria. 5Pues [RE] es una relación que dos individuos emprendieron para perseguir sus fines profanos, que de pronto tiene por objetivo a la santidad. 6Cuando dichos individuos contemplan su relación desde el punto de vista de este nuevo propósito, se sienten inevitablemente horrorizados. 7Su percepción de la relación puede incluso volverse bastante errática. 8Sin embargo, la manera en que su percepción estaba organizada antes ya no sirve para el objetivo que han acordado alcanzar.
6. Ahora es el momento en que hay que tener fe. 2Permitiste que el objetivo se estableciese por ti. 3Eso fue un acto de fe. 4No pierdas la fe, ahora que se te están brindando las recompensas por tener fe. 5Si creíste que el Espíritu Santo estaba presente para aceptar la relación, ¿por qué no ibas a creer ahora que todavía sigue presente para purificar lo que aceptó dirigir? 6Ten fe en tu hermano durante lo que tan sólo parece ser un período difícil. 7El objetivo ya está establecido. 8Y la cordura es el propósito de tu relación. 9Pues la relación que tienes ahora es una relación demente, reconocida como tal a la luz de su objetivo.
7. Ahora el ego te aconseja: "Sustituye esta relación por otra en la que puedas volver a perseguir tu viejo objetivo. 2La única manera de librarte de la angustia es deshaciéndote de tu hermano. 3No tienes que separarte de él del todo si no quieres hacerlo. 4Pero tienes que excluir de él gran parte de tus fantasías para poder conservar tu cordura". 5¡No hagas caso de estos consejos! 6Ten fe en Aquel que te contestó. 7Él te oyó. 8¿Acaso no fue muy explícito en Su respuesta? 9Ya no estás completamente loco. 10¿Puedes acaso negar que Él fue muy explícito en lo que te dijo? 11Ahora te pide que sigas teniendo fe por algún tiempo, aunque te sientas desorientado. 12Pues eso pasará, y verás emerger lo que justifica tu fe, brindándote una incuestionable convicción. 13No abandones al Espíritu Santo ahora, ni abandones a tu hermano. 14Esta relación ha vuelto a nacer como una relación santa.
8. Acepta gustosamente lo que no entiendes, y deja que se te explique a medida que percibes cómo opera en ella este nuevo propósito para hacerla santa. 2No te faltarán oportunidades de culpar a tu hermano por el "fracaso" de vuestra relación, pues habrá momentos en que ésta parecerá no tener ningún propósito. 3Una sensación de estar vagando a la deriva vendrá a atormentarte y a recordarte las múltiples maneras en que antes solías buscar satisfacción y en las que creíste haberla encontrado. 4No te olvides del dolor que en realidad encontraste, ni le infundas vida a tu desfallecido ego. 5Pues tu relación no ha sido destruida. 6Ha sido salvada.
9. Eres muy inexperto en lo que respecta a la salvación, y crees que has perdido el rumbo. 2Lo que has perdido es tu manera de alcanzar la salvación, pero no pienses que eso es una pérdida. 3En tu inexperiencia, recuerda que tu hermano y tú habéis comen-zado de nuevo juntos. 4Dale la mano, y caminad el uno al lado del otro por una senda que os es más familiar de lo que ahora creéis. 5¿No es acaso inevitable que recuerdes un objetivo que nunca ha cambiado ni cambiará jamás? 6Pues has elegido el objetivo de Dios, del que tu verdadera intención nunca estuvo ausente.
10. El himno de la libertad se oye por toda la Filiación, como eco jubiloso de tu decisión. 2Te has unido a muchos en el instante santo, y ellos se han unido a ti. 3No pienses que tu decisión te dejará desconsolado, pues Dios Mismo ha bendecido tu relación santa. 4Únete a Él en Su bendición, y no dejes de ofrecerle la tuya también. 5Pues lo único que necesita ahora es tu bendición, para que puedas ver que la salvación reside en ella. 6No condenes la salvación, pues ha venido a ti. 7Y dadle la bienvenida juntos, pues ha venido a uniros en una relación en la que toda la Filiación es bendecida al unísono.
11. Decidisteis de mutuo acuerdo invitar al Espíritu Santo a vuestra relación. 2De no haber sido así, Él no habría podido entrar a formar parte de ella. 3Tal vez hayas cometido muchos errores desde entonces, pero también has realizado enormes esfuerzos para ayudarle a llevar a cabo Su labor. 4Y Él no ha dejado de apreciar todo lo que has hecho por Él, 5ni se fija en absoluto en los errores que cometes. 6¿Le has estado igualmente agradecido a tu hermano? 7¿Has apreciado sistemáticamente sus meritorios esfuerzos y pasado por alto sus errores? 8¿O ha fluctuado tu aprecio menguando progresivamente a la luz de sus errores? 9Tal vez estés ahora iniciando una campaña para culparle por la incomodidad de la situación en que os encontráis. 10Y debido a esa falta de aprecio y gratitud te incapacitas a ti mismo para expresar el instante santo, y, de ese modo, lo pierdes de vista.
12. La experiencia de un instante, por muy convincente que sea, se olvida fácilmente si permites que el tiempo la sepulte. 2Tiene que mantenerse brillando y llena de gracia en tu conciencia del tiempo, pero no oculta dentro de él. 3El instante perdura. 4¿Pero dónde estás tú? 5Darle las gracias a tu hermano es apreciar el instante santo, y permitir, por lo tanto, que sus resultados sean aceptados y compartidos. 6Atacar a tu hermano no hace que se pierda el instante, pero sí anula el poder de sus efectos.
13. Has recibido el instante santo, pero tal vez has dado lugar a una condición que te impide utilizarlo. 2Como resultado de ello, no te das cuenta de que aún sigue contigo. 3Y al haberte separado de su expresión, te has negado a ti mismo su beneficio: 4Cada vez que atacas a tu hermano refuerzas esto, pues el ataque impide que te veas a ti mismo. 5Y es imposible que te niegues a ti mismo, y al mismo tiempo puedas reconocer lo que se te ha dado y lo que has recibido.
14. Tanto tú como tu hermano os encontráis juntos en la santa presencia de la verdad misma. 2Aquí se encuentra el objetivo, junto con vosotros. 3¿No crees que el objetivo mismo hará los arreglos necesarios para su consecución? 4Es precisamente esta discrepancia entre el propósito que se ha aceptado y los medios tal como los usas ahora, lo que parece hacerte sufrir, si bien ello le es grato al Cielo. 5Si el Cielo fuese algo externo a ti, no podrías compartir su júbilo. 6Pero puesto que está dentro de ti, su júbilo es también el tuyo. 7Os une un propósito común, pero todavía permanecéis separados y divididos con respecto a los medios. 8El objetivo, no obstante, ya está establecido y es fijo, firme e inalterable, y los medios se amoldarán a él debido a la inevitabilidad del objetivo. 9Y compartiréis el júbilo de la Filiación de que ello sea así.
15. A medida que empieces a reconocer y a aceptar los regalos que tan desprendidamente has dado a tu hermano, empezarás a aceptar asimismo los efectos del instante santo y a usarlos para corregir todos tus errores y liberarte de sus resultados. 2Y al aprender esto, habrás aprendido también cómo liberar a toda la Filiación, y cómo ofrecérsela con alegría y gratitud a Aquel que te dio tu liberación y que desea extenderla a través de ti.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Taller UCDM Agosto 2010


Lluvia de estrellas, Marcela García

Bienvenidos y bienvenidas todos: Rosita, Nicole, Antonia, Claudia, María Alicia, Juan Carlos, Etty, Emilia y a cada nuevo integrante de este curso.
Pregunta: ¿Qué esperan del Curso?

Desafío: Curso para valientes

Aunque te puede liberar de todos tus temores, angustias y conflictos; puedes sentirte profundamente amenazado; el curso busca desenmascarar la gran fabricación del ego.

Mientras más identificados estemos con nuestro ego, más amenazados nos sentiremos.

“Lo que a ti te hace dichoso le causa dolor al ego y mientras tengas dudas con respecto a lo que eres, seguirás confundiendo la dicha con el dolor.” (T149)

“La verdad sólo puede llegar allí donde se le da la bienvenida sin temor.” (M35)

“La primera ilusión que debe ser desplazada antes de que otro sistema de pensamiento pueda arraigarse, es que abandonar las cosas de este mundo supone un sacrificio.” (M38)

Si yo te digo que este mundo es una ilusión, tú que te identificas con tu ego, piensas que estoy tratando de destruir el mundo que con tanto sacrificio has creado. Pero lo que yo pretendo es que dejes de sufrir y tenerle miedo a un mundo que no puede hacerte ningún daño porque es sólo una ilusión.

El mundo ya está muy cansado… (M4)


Breve reseña:

Todo comenzó el año 1965 en Nueva York, “con la súbita decisión de dos personas de colaborar en el logro de un objetivo común” (este tipo de decisión como veremos más adelante es una de las claves del curso) estas personas fueron Helen Schucman y William Thetford, catedráticos de sicología médica de la facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Columbia en Nueva York.


¿Qué es Un Curso de Milagros?

Se compone de tres libros, Texto 754 Libro de Ejercicios: 522 Manual para el maestro: 100.

El curso pone más énfasis en la aplicación práctica que en la teoría, y más en la experiencia que en la teología. “Una teología universal es imposible, mientras que una experiencia universal no sólo es posible sino necesaria.
Sin la aplicación práctica que el Libro de ejercicios provee, el Texto quedaría reducido, en su mayor parte, a una serie de abstracciones que no tendrían la fuerza necesaria para producir el cambio de mentalidad que es la meta del curso.

¿Qué postula?

Nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe. En esto radica la paz de Dios.
Establece una clara distinción entre lo real y lo irreal, entre el conocimiento y la percepción.
La verdad está más allá del aprendizaje porque está más allá del tiempo y de todo proceso. No tiene opuestos, ni principio ni fin. Simplemente es.
El conocimiento está mucho más allá de lo que se puede lograr. Pero la razón puede servir para abrir las puertas que tú cerraste. (t512)

El Curso expone 3 sistemas de pensamiento: La Mente Una. La mente errada. Mente correcta.
MENTE UNA: De Dios, del cielo.
Mente errada: Sistema de pensamiento del Ego.
Mente correcta: Sistema de pensamiento del ES.

El curso está escrito en 2 niveles:
1° Muestra la diferencia entre la Mente Una y la mente separada. (Mundo y cuerpo ilusiones fabricadas por el ego)

2° Muestra la diferencia entre la mente errada y la mente correcta. (El mundo donde creemos que estamos). Se mira al mundo y al cuerpo en forma neutra, sirviendo uno de dos propósitos. Al Ego le sirve para reforzar la separación. Al ES como recursos didácticos para el perdón.


MENTE UNA
De Dios, o de Cristo. Mundo del cielo o del Espíritu. CONOCIMIENTO. Es la única real, pero no vamos a hablar mucho de ella, pues el trabajo no se debe hacer aquí. Pues "tienes que deshacer el error donde está"
No puede ser comprendida, simplemente aceptada.

El concepto central en el Cielo, o el mundo del Conocimiento, sería la Trinidad.

DIOS: (1ª persona de la Trinidad)
La Fuente de todo ser. () En esencia la naturaleza de Dios es espíritu puro y puesto que Dios es incambiable, informe, eterno y espíritu, nada que no comparta esos atributos puede ser real. Es por esto que el curso dice que este mundo no es real y que no fue creado por Dios. El mundo es cambiante; no es eterno y es forma material. Por lo tanto no puede ser de Dios.

CRISTO: (2ª pers. Trinidad.)
El Hijo de Dios. La extensión de Dios o la creación. Cristo también se extiende a Sí Mismo. La extensión de Dios es Su Hijo, y El se llama Cristo. Cristo es uno: sólo hay un Dios, y sólo hay un Hijo. Tal como Dios extiende Su espíritu, el Hijo de Dios también lo hace al extender Su espíritu.

ESPÍRITU SANTO:
No obstante nosotros, como Cristo, creamos al igual que Dios, nosotros no creamos a Dios. Somos los Hijos de Dios, pero no somos la Fuente. Creer que somos Dios, que somos la Fuente del ser, es hacer exactamente lo que quiere el ego: creer que somos autónomos y que podemos crear a Dios. (el error original)

En algún extraño "momento" (que en la Realidad última nunca ocurrió) el Hijo de Dios, cayó en el deseo de ser el Padre de su Padre, sabiendo qe esto era imposible, pensó que al menos lo podría "experimentar" con el siguiente truco: separándose de su Padre, y luego olvidándolo.
En el mismo instante en que él (todos nosotros) creímos que nos separamos de Dios establecimos todo un nuevo sistema de pensamiento (el Ego) ; y Dios envió Su Corrección (El Espíritu Santo) para deshacer este error. El es la tercera persona de la Trinidad. El Espíritu Santo es la respuesta de Dios a la separación. (En el Curso, cada vez que se habla de Respuesta equivale a: Espíritu Santo.)
Espíritu Santo: el eslabón de comunicación entre Dios y Su Hijo separado. E.S. actúa como un eslabón entre donde creemos que estamos y donde realmente estamos.

MENTE ERRADA


Sistema de pensamiento del Ego. Tres ideas claves: Pecado, culpa y miedo.

1. Pecado: = separación.
2. Culpa: La experiencia de haber pecado. La culpa es como un témpano de hielo, la mayor parte es inconsciente. La fuente fundamental de toda la culpa es la creencia de que hemos pecado contra Dios al separarnos de Él. Como resultado nos vemos separados de todos los demás y de nuestro Ser. La culpa siempre exigirá castigo. (inevitable) Entonces viene el miedo.
3. Miedo: Todo miedo se reduce a la percepción errónea de que tienes la capacidad de usurpar el poder de Dios. Creemos que será Dios mismo quien nos castigará.

Para asegurar su supervivencia, el Ego continuamente atrae la culpa hacia sí mismo, puesto que la culpa comprueba la realidad del pecado y fue éste lo que le dio origen al Ego.
Una vez ha establecido que la culpa es real, el Ego nos enseña que jamás debemos acercarnos a ésta o mirarla siquiera, porque si lo hacemos seremos destruidos por un Dios airado y vengativo –un Dios que el Ego fabricó, en efecto, para satisfacer su propósito– dispuesto a castigarnos por haber pecado en contra suya, si no, seremos aniquilados en el olvido de nuestra propia nada. Este miedo mantiene intactos la culpa y el pecado, pues al no verlos como decisiones de nuestras mentes jamás podemos cambiar nuestra creencia en ellos.
Abandonados con la ansiedad y el terror causados por el miedo a Dios, nuestro único recurso es acudir al ego en busca de ayuda, puesto que Dios se ha convertido en nuestro enemigo. El plan que utiliza el Ego para salvarnos de la culpa tiene dos partes: la primera es la Negación, mediante la cual apartamos la culpa de nuestra consciencia, con la esperanza de que al no ver el problema éste desaparecerá.
La segunda parte Proyección nos exhorta a que después de negar la culpa, la proyectemos sobre otra persona, esperando que nos liberaremos de ella mágicamente al ubicarla fuera de nosotros.
La proyección tiene dos formas principales: las relaciones de odio especial y las relaciones de amor especial.
Relaciones de odio especial: el odio a sí mismo o la culpa se transfiere a los demás haciéndolos responsables de la miseria que sentimos. Nuestra ira o ataque procura justificar la proyección, al reforzar la culpa de los demás por los pecados nuestros que hemos proyectado sobre ellos.
Relaciones de amor especial: tienen la misma finalidad de proyectar culpa, aunque la forma difiere grandemente. Nuestra culpa nos enseña que estamos vacíos, insatisfechos, incompletos y necesitados, todos ellos aspectos del principio de escasez. Al creer que esta carencia jamás puede corregirse, buscamos fuera de nosotros aquellas personas que puedan completarnos. El amor especial, pues, asume esta forma: tengo ciertas necesidades especiales que Dios no puede satisfacer, pero tú, una persona especial con atributos especiales, las puedes llenar para mí. Cuando lo hagas, te amaré. Si no lo haces, mi amor se convertirá en odio.

El mundo del ego se divide así entre enemigos (odio especial) o salvadores-ídolos (amor especial), y la verdadera Identidad de Cristo en los demás se obscurece. El juicio, basado siempre en el pasado más bien que en la aceptación del presente, es el principio orientador del Ego. Por medio de las relaciones especiales el Ego mantiene su existencia al perpetuar la culpa, puesto que utilizar a otros para que satisfagan nuestras necesidades constituye un ataque, y el ataque en la forma que sea refuerza la culpa. Esto pone en marcha el ciclo culpa-ataque, en el que a mayor culpa, mayor es la necesidad de proyectarla y de atacar a otros por medio de relaciones especiales, lo cual simplemente incrementa la culpa, y aumenta la necesidad de proyectarla.
La mentalidad errada del Ego es un sueño de separación, muy claramente expresado en el mundo físico que se fabricó como “un ataque a Dios” (L-pll.3.2:1). La existencia del cuerpo es una existencia de enfermedad, sufrimiento y muerte, lo cual da testimonio de la aparente realidad del cuerpo en comparación con el espíritu, el cual jamás puede sufrir dolor o morir.
Todos los aspectos del mundo separado son ilusiones, puesto que lo que es de Dios jamás puede separarse de El, y por consiguiente lo que parece estar separado de Dios no puede ser real. Esto está expresado en el principio del Curso de que “las ideas no abandonan su fuente”: somos una Idea (o Pensamiento) en la Mente de Dios la cual jamás abandonó su Fuente.


MENTE CORRECTA

Mente correcta: Sistema de pensamiento del ES. Perdón. Visión de Cristo.
El Espíritu Santo actúa como eslabón entre donde creemos que estamos y donde realmente estamos.

Usando el método del ego de la proyección de la culpa (para perpetuarla) el E.S. puede reinterpretar el propósito para realmente liberarse de la culpa a través del PERDÓN.
PERDÓN es deshacer la proyección de la culpa.
Cuando escogemos mirar a otra persona como el E.S. nos indica que la miremos –a través de la visión de Cristo– eso nos permite cambiar nuestro pensamiento sobre nosotros mismos.
Lo que he hecho es proyectar mi propia oscuridad en ti para que la luz de Cristo en ti se oscurezca. Al tomar la decisión de decir que no estás en la oscuridad –verdaderamente estás en la luz, que es la decisión de soltar la oscuridad que he colocado en ti– estoy realmente tomando la misma decisión acerca de mí. Estoy diciendo que la luz de Cristo brilla no sólo en ti sino también en mí, y en realidad, es la misma luz. Esto es perdón.
Las personas que más nos desagradan son las que el E.S. puede usar para el deshacimiento de la culpa. Sin esas personas no podríamos tener acceso consciente a nuestra culpa reprimida.

Tres pasos para perdonar:

1° Paso: Reconocer que aquello que hemos atacado y juzgado en contra de otra persona es en realidad lo que hemos condenado en nosotros mismos.
El problema que veo yo lo fabriqué. No tiene más realidad que mi creencia en él. Es mi interpretación lo que ha causado la pérdida de mi paz, por lo que es mi interpretación lo que tiene que cambiar.”
Ver la culpa afuera es una forma de mantener el problema alejado de la Respuesta.

2° Paso: Entender que la culpa, también representa una decisión, una que ahora se puede cambiar.
La decisión de verme culpable en vez de libre de culpa.
Debo reconocer que soy un Hijo de Dios en vez de un hijo del Ego. Por lo tanto, debemos decir: Tú no eres lo que hice de ti; tú eres realmente lo que Dios creó.
Pero no es tan fácil: nadie puede soltar el Ego sin manejar su culpa y su miedo, porque eso es el Ego.
Pero el cambio no es algo que nosotros podemos hacer por nuestra propia cuenta, sino que tiene que ser algo que nosotros queramos. [Y] ésta puede ser nuestra elección.
El hecho de que Dios sea un Dios amor y no un Dios castigador socava al Ego completamente, y es por esto que nuestro ego no puede perdonarlo. Nuestros egos tienen que perdonar a Dios por amarnos en vez de vengativamente procurar castigarnos.

3° Paso El verdadero perdón es obra del E.S.
Debido a que fuimos nosotros quienes hicimos la culpa, no la podemos deshacer sin ayuda externa al Ego.
Si pudiéramos deshacer la culpa por nuestra cuenta no habríamos necesitado la salvación, en primer lugar.
Es un mecanismo del ego particularmente tentador, el convencernos de que podemos deshacer nuestra culpa solos, sin la ayuda de Dios. Lo único que podemos escoger es invitar al ES para que corrija el sistema de pensamiento del ego y que nos quite la culpa.
El paso final le corresponde al Espíritu Santo, quien puede liberarnos de esa culpa ahora que se la hemos entregado a Él, al mirarla con Su Amor junto a nosotros, y por consiguiente, sin juicio y sin culpa. Este mirar sin emitir juicio alguno, con una amorosa sonrisa, es el significado del perdón. Al utilizar el libro de ejercicios como nuestro guía, eventualmente nos adiestramos para escuchar la Voz del Espíritu Santo, y aprendemos que todas las cosas son oportunidades para aprender a perdonar (L-pl.193).

RESUMEN TRES PASOS:
1° Paso: Deshace la ira proyectada al reconocer que el problema no esta fuera de mí sino dentro de mí.
2° Paso: Reconoce que el problema lo fabriqué yo y ya no lo quiero.
3° Paso: Le dejamos el problema al E.S. y él se hace cargo.

El plan de perdón del Espíritu Santo. (Texto, 187)
El regalo de la libertad: (Texto, 159)
“Santo eres, eterno, libre e íntegro, y te encuentras en paz en el Corazón de Dios.” (Manual Maestro, 43)

El regalo de la libertad: (t159) “Si lo que la Voluntad de Dios dispone para ti es paz y dicha absolutas, y eso no es lo único que experimentas, es que te estás negando a reconocer Su Voluntad. Su Voluntad no fluctúa, pues es eternamente inmutable. Cuando no estás en paz ello se debe únicamente a que no crees que estás en Él. Más Él es el Todo de todo. Su paz es absoluta y tú no puedes sino estar incluido en ella.”

Es trabajo de toda una vida deshacer nuestra culpa, y la razón de ello es que la culpa en nosotros es tan enorme que si nos enfrentáramos a ella de una vez sería tan abrumador que creeríamos que vamos a caer muertos, o a enloquecer.

El propósito de UCDM es plantear muy claramente el sistema de pensamiento del Ego y el sistema de pensamiento del ES (Mente errada y Mente correcta.) y capacitarnos para que elijamos contra la mente errada a favor del perdón y el ES.

UN SOLO PROBLEMA: (Ejer. 151) (L.79) La tentación de considerar que los problemas son múltiples es la tentación de dejar el problema de la separación sin resolver... Si pudieses reconocer que sea cual fuere la forma en que se manifieste, el único problema que tienes es el de la separación, aceptarías la respuesta, puesto que verías su relevancia.

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Si estamos en nuestra mente errada (somos un Ego) reaccionaremos contra–atacando, lo cual reforzará tanto nuestra culpa, como la del atacante.
Si estamos en nuestra mente recta, sólo veremos un pedido de amor. Alguien que nos dice: “Por favor demuéstrame que estoy equivocado, que realmente hay un Dios que me ama, que soy Su Hijo y no un hijo del ego.”

“No trates de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar tu parecer acerca de él.” (t497)

Conversación de cierre.

Renzo Arrigoni G.




La verdadera religión: Diálogo entre Teólogo brasileño y el Dalai Lama

(Presentación enviada por Rosita, gracias amiga milagrosa)